Era imposible que las raíces japonesas no aparecieran en la sazón de Humberto Sato, quien siempre engalanó sus platos criollos con ese toque oriental que llevó su cocina a otro nivel. Así nació Costanera 700, un lugar donde las tradiciones de ambos países se unen en una armoniosa y delicada amalgama de sabores, producto de la experiencia y el conocimiento profundo de su fundador, que mantiene su legado a través de su hijo Yaquir Sato. Los frutos del mar nunca han sido tan bien tratados para el placer de los paladares.