Este restaurante franco-peruano, administrado por una congregación de monjitas desde hace más de cuarenta años, está ubicado al interior de una hermosa y amplia casona colonial en el jirón Ucayali, donde se cobija una calma sacra en pleno Centro de Lima. Tiene una cocina francesa e internacional (como dice su aviso) saludable y sencilla, además de diferentes tipos de menú muy económicos. De paso, con las ganancias, realizan una labor samaritana y dan alimento a personas de escasos recursos. Y de sobremesa, el canto del Ave María como bendición gustosa.