Osaka cautiva desde el ingreso, donde destacan el decorado y la atención y amabilidad del equipo. Una vez en la mesa, además de las clásicas e infaltables piezas de makimonos, sashimis y nigiris, uno queda atrapado por una propuesta atrevida y vibrante, producto de un conocimiento profundo de la cocina fusión y de una convivencia de larga data entre Perú y Japón.
La fusión de ingredientes japoneses y la sazón inconfundible de la cocina criolla peruana sirven de base para dar rienda suelta a la creatividad de Yaquir Sato, dueño y chef de Costanera 700. Sus platos combinan a la perfección texturas y sabores de pescados y mariscos frescos con insumos orientales y productos peruanos, que se traducen en una sinfonía de placeres para los paladares más selectos.