Mejor Productora de Cacao del VRAEM

Plácida Chávez, la promesa del cacao

El nombre de su finca dice mucho de lo que Plácida Chávez Salinas espera en esta vida. Se llama Porvenir, y ella, a los cuarenta y cinco años, está convencida de que gracias al cacao el futuro será aún mejor. Está llena de proyectos y de sueños. Es una mujer incansable y se preocupa día a día por mejorar su producción.

 

Nació en el distrito de Vilcabamba, uno de los quince distritos de la provincia de La Convención, en el Cusco. Desde allí, siendo adolescente, sus padres se trasladaron a Echarate, donde encontraron la paz, pues el terrorismo obligó a la familia a buscar un lugar donde la presencia senderista era mínima.

 

La buena tierra de Echarate llevó a sus padres a sembrar cacao. Mucho tiempo después, en el mismo escenario, Plácida puede decir con satisfacción que su trabajo en la chacra le ha permitido sacar adelante a sus dos hijos: “Les hemos dado la educación, que es lo más importante. El mayor, de veinte años, estudia sistemas. El menor tiene diecisiete y pronto estudiará”.

 

Plácida y su esposo Oseas Cuchillo Paulo están al frente de Porvenir. La labor en la finca no tiene horario. Pueden empezar muy temprano y quedarse todo el día cuidando las plantaciones. Se siente orgullosa de su variedad Chuncho que tiene en sus tres hectáreas y está muy contenta de lo aprendido en el Salón del Cacao y Chocolate que se realizó este 2024 en Lima. En el evento, Plácida descubrió un mundo de oportunidades que la ha llevado a pensar en ofrecer productos alternativos sobre la base del cacao.

 

Actualmente, entrega el cacao en baba –entre veinte y veinticinco quintales– a la Cooperativa Agraria Alto Urubamba, donde se procesa y se gestiona la venta. Plácida sueña con elaborar su propio chocolate y poder llegar a exportarlo. Confía plenamente en la calidad de su cacao y solo espera dar ese paso para concretar uno de los retos que tiene en mente junto a Oseas. Reconoce que el apoyo de la municipalidad distrital, de la cooperativa y de diversas organizaciones ha sido clave para aprender sobre el producto, que incluso hoy se usa en el mundo de la cosmética.

 

No podemos quedarnos atrás. Tenemos que avanzar. Por eso me gusta mucho aprender”, dice esta cacaotera que le puso nombre a sus tierras en 2008. Fue en 2015 que Porvenir empezó a dar frutos. Desde entonces, no ha dejado de trazar su destino en función al “cacao bendito”.

tgp