“Yo soy lo que hago”, dice Óscar Velarde, el creador de La Gloria, ese espacio de culto en el que se ha convertido su restaurante miraflorino, y que este 2024 cumple treinta años. Pensar, dice él, que todo empezó con el único deseo de vivir la vida, quizás por eso el nombre.
Para Óscar, la cocina es un “entretenimiento lúdico” y su modo de vida. Lo dice sin pensarlo mucho. Porque lo siente en la piel, en la sangre, en su memoria.
“Yo puse el restaurante más como un punto de encuentro que para cocinar”, confiesa. Y aunque pueda parecer extraño, este hombre que venía de desarrollar infinitas actividades distintas a la cocina, ama profundamente haber descubierto su razón de ser.
Velarde quebró en otras empresas y no sabía bien qué hacer. Se puso a pensar en lo que más le gustaba y eso era recibir a sus amigos en casa. La Gloria llegó a su vida (y a las nuestras) gracias a ese momento crítico que lo llevaría a levantar lo que pronto se convertiría en un lugar imprescindible y clásico en la escena gastronómica peruana.
Óscar sostiene que cocinar es “vivir la vida”. Y de eso se trata este transcurrir, de vivir y, sobre todo, haciendo lo que a uno más le gusta. El señor de La Gloria es feliz con su restaurante pequeño y exclusivo, donde habitan diez cocineros y seis mozos.
La carta de cincuenta platos se cuida como un tesoro. Hay que tener mucho cuidado a la hora de pensar en cambiar algo. Los fans –como llama a sus comensales– se quejan si un día no encuentran su memorable fideuá, este tradicional plato español parecido a la paella, pero que reemplaza el arroz por fideos, entre otros detalles que lo hacen inigualable. La versión de Óscar es a la catalana. Y tiene su sello.
Cocina permanentemente y “ahora más”. “Comencé con comida mediterránea y ahora hago lo que me da la gana”, dice, y seguro que sonríe.
La Gloria del Campo en Pachacámac y La Gloria en Quito, Ecuador, son sus otras dos creaciones. ¿En qué sueña este hombre que ya parece haber logrado todo? Responde: “En seguir descubriéndome”. Y eso incluye a ese mundo infinito que es la cocina.