Póstumo

Humberto Sato

Humberto Sato fue uno de esos maestros que nos dejó no solo uno de los más destacados restaurantes del país, el Costanera 700, sino también un ejemplo de vida dedicada a la cocina y platos únicos, como su exquisita chita a la sal, sus riquísimas especialidades nikkei, sabrosos salteados a su estilo y un cebiche cuyo secreto era una pizca de azúcar.
Con su humor tan particular y esa maravillosa combinación de las tradiciones de su familia japonesa con el toque criollo de una niñez en Barrios Altos, conquistó con su cocina a miles de comensales, viajeros y dignatarios, pero manteniendo siempre una sabia y oriental modestia.
Todo ello es parte de la herencia de Sato que sigue viva e inspira a otros a seguir su senda.