Filomena Pinares es una mujer llena de energía, que a sus 47 años ha logrado con sacrificio y esfuerzo, acercarse cada vez más al sueño de lograr una taza de café perfecto.
Ella recoge y evalúa los cerezos de sus cafetos, desde que el sol aún no asoma hasta que la oscuridad impide seguir la jornada. “Yo no dejo de investigar nunca. Ya sea después de la cosecha o desde la semilla. Todo puede mejorar”.
El café de doña Filomena es muy valorado por los expertos. En un país donde el café es el principal producto agrícola de exportación, pero su consumo todavía es bajo; Filomena, en pleno corazón convulso del VRAEM, se ha dado la misión de enseñarnos que el café peruano es un lujo que todos debiéramos disfrutar.